lunes, 3 de abril de 2017

Estrategia de especialización inteligente de Galicia


Un post de: Cristina González Sieira

Con el fin de lograr los objetivos de mejora competitiva territorial y reducción de las disparidades regionales establecidos en el Horizonte 2020, muchas comunidades disponen de un instrumento conocido como la Política de Cohesión (2014-2020). Esta política establece tres vías para lograr dichos objetivos crecimiento sostenible, inteligente e integrador- de forma que estén en harmonía con las metas del Horizonte 2020 –aumentar el volumen de empleo, que la inversión llegue al 3% del PIB europeo en I+D, medidas sobre el cambio climático y energía, educación, y lucha sobre la pobreza y exclusión social-.
 
Pero esta Política de Cohesión no se está llevando realizando actualmente en Galicia, a pesar de que es importante retomarla para responder al reto de crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Para ello, lo óptimo pasa por orientarse a resultados, y poder así maximizar el impacto de los fondos, pues si los proyectos se realizan a más largo plazo, pueden aprovecharse las sinergias entre estos. Asimismo, es recomendable aplicar una programación temática del capital para cada partida, esencialmente por el tema de las sinergias, donde, en este ámbito, la investigación e innovación, las TIC, e incluso las pymes, son los principales beneficiarios (coincidiendo, dichos agentes con los objetivos planteados por el FEDER). De este modo, se trataría de explotar las ventajas comparativas de cada región aprovechando el carácter sistémico y transversal de la I+D+i, proyectándolo hacia todas las áreas de la economía.
 
Como uno de los objetivos consiste en la búsqueda de resultados, se han establecido unas reglas comunes o condiciones para poder recibir los fondos. Y es que cada país debe elaborar una estrategia de especialización inteligente para trasladarlo al programa operativo y obtener fondos. De esta forma, la estrategia de especialización de Galicia (RIS3) en el marco de la política de cohesión de la Comisión Europea se centra en la búsqueda de la cooperación entre agentes, en concreto la triple hélice (academia, administración  y empresa), así como la concentración de recursos en áreas más prometedoras, como habíamos dicho, por aspectos de ventajas comparativas y mejora de competitividad, donde Galicia se centra en estrategias como la del envejecimiento activo y saludable de la población. No obstante, la RIS3, también pretende buscar la complementariedad de fondos por el aprovechamiento de sinergias, así como la orientación a resultados que ya planteada la política de Cohesión.
 
 La RIS3 emplea una metodología bottom-up para descubrir las capacidades de cada sector en 6 etapas. Primero se realiza un diagnóstico del contexto regional y de su potencial, y, seguidamente, la construcción de una estructura o gobernanza multidisciplinar. A continuación se crean grupos de trabajo en torno a nichos potenciales de especialización y se establecen prioridades. Asimismo, se identifican instrumentos para desarrollar dichas prioridades y se define una estructura de seguimiento y evaluación (dado el carácter abierto de la RIS3)
 
De este modo, la política de especialización inteligente de Galicia presenta tres grandes objetivos. Un primer reto de gestión innovadora de los recursos naturales/culturales, centrado en que sectores tradicionales –acuicultura, biomasa, turismo…- puedan introducir innovaciones. También atienden al desarrollo de la industria 4.0, donde se pretende incrementar la intensidad tecnológica en el tejido empresarial gallego, donde, concretamente, hablan de economía del conocimiento para mejorar su competitividad. Por último, desean mejorar el nivel de vida saludable de la población con soluciones tecnológicas mediante el empleo de servicios y productos intensivos en conocimiento, destacando prioridades como el envejecimiento activo y diversificación y mejora nutricional o alimentaria.
 
Pero, ¿cuál es la idea de plantear estos objetivos en la región? Para alcanzar una visión global a largo plazo: que en el 2020, Galicia tenga una calidad de vida a la par que mejora su intensidad tecnológica en todos los sectores, sobre todo en los tradicionales (donde se habla de absorber tecnologías facilitadoras). Esto se logra con una serie de programas para impulsar el crecimiento en sectores. Se trata de los programas orientados a las pymes innovadoras para ser competitivas, así como la importancia de realizar inversión pública para atraer inversión privada,  o incluso potenciar la transferencia de investigación (aplicada), aunque también pretenden atraerlos investigadores.
 
Una vez se establece el programa prioritario, el Estado escribe un programa que, teniendo en cuenta la estrategia de especialización de cada región, solicita un presupuesto para ejecutar el programa operativo. En el caso de los fondos FEDER (único que tiene Galicia), el gestionado por GAIN se centra en la I+D, aunque os órganos gestores son la Xunta y el Estado, por lo que una coordinación de cada agente es óptima y evita la doble financiación; siendo las actuaciones concretas del I+D+i en el marco de la financiación FEDER, la creación de centros mixtos para estimular la inversión público- privada, y aumentar la capacidad atrayente de inversión para Galicia, entre otros.
 
Por lo tanto, vemos que esta política se centra en el aprovechamiento de ventajas comparativas para la mejora de la competitividad regional, potenciando la colaboración entre agentes en un plano multidiscipinar y en diversos niveles. No obstante, esta política tiene ciertas deficiencias. Y es que el apoyo a la innovación sólo llega al conocido valle de la muerte, lo que puede implicar que un proyecto falle antes de lanzarse al mercado y haber desperdiciado lo recursos públicos que han puesto a su disposición. Por lo tanto, a pesar de ser una política bien planteada y especializada en torno a las potencialidades de cada región, tiene ciertas deficiencias que sería conveniente considerar.