Un post de: Cristina González Sieira
Con el fin de lograr los objetivos
de mejora competitiva
territorial y reducción de las disparidades regionales establecidos en el Horizonte
2020, muchas comunidades disponen de un instrumento conocido como la Política
de Cohesión (2014-2020). Esta política establece
tres vías para lograr dichos
objetivos – crecimiento sostenible, inteligente e integrador- de forma que estén en harmonía con las
metas del Horizonte
2020 –aumentar el volumen de empleo, que
la inversión llegue al 3% del PIB europeo en I+D, medidas sobre
el cambio climático y energía, educación, y lucha sobre la pobreza y
exclusión social-.
Pero esta Política de Cohesión no se está llevando
realizando actualmente en Galicia,
a pesar de que es importante retomarla para responder al reto de crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Para ello, lo
óptimo pasa por orientarse a resultados, y poder así maximizar el impacto de los fondos, pues
si los proyectos se realizan a más largo
plazo, pueden aprovecharse las sinergias entre
estos. Asimismo, es recomendable aplicar una programación temática del capital
para cada partida, esencialmente por el
tema de las sinergias, donde, en este ámbito, la investigación e innovación, las TIC, e incluso las
pymes, son los principales beneficiarios (coincidiendo, dichos agentes
con
los objetivos planteados por el FEDER). De este modo, se
trataría de explotar las
ventajas comparativas de cada región aprovechando el carácter sistémico
y transversal de la
I+D+i, proyectándolo hacia todas
las áreas de la economía.
Como uno de los
objetivos consiste en la búsqueda de resultados, se han establecido unas reglas comunes
o condiciones para poder recibir los fondos. Y
es que cada
país debe elaborar una estrategia de especialización inteligente para
trasladarlo al programa operativo
y obtener fondos. De esta forma,
la estrategia
de especialización de Galicia (RIS3) en el marco de la
política de cohesión
de la Comisión Europea
se
centra en la búsqueda de la cooperación entre agentes, en concreto la triple
hélice (academia, administración
y empresa),
así como la concentración de recursos en áreas
más prometedoras, como habíamos dicho,
por
aspectos de ventajas comparativas
y mejora de competitividad, donde Galicia
se centra en estrategias como la del envejecimiento activo y saludable de la población.
No obstante, la RIS3,
también pretende buscar la complementariedad de fondos por el aprovechamiento
de
sinergias, así como
la orientación a resultados que ya
planteada la política de Cohesión.
De este modo,
la política de especialización inteligente de Galicia
presenta tres grandes objetivos. Un primer reto de gestión innovadora
de los recursos naturales/culturales,
centrado en que sectores tradicionales –acuicultura,
biomasa, turismo…- puedan introducir innovaciones. También
atienden al desarrollo
de
la industria 4.0, donde se pretende incrementar
la intensidad tecnológica en el tejido empresarial
gallego, donde, concretamente, hablan de economía del conocimiento para mejorar su competitividad. Por último, desean
mejorar el nivel
de vida saludable de la población con soluciones tecnológicas mediante
el empleo de servicios y productos intensivos en conocimiento, destacando prioridades como el envejecimiento
activo y diversificación y mejora nutricional
o alimentaria.
Pero, ¿cuál es la idea de plantear estos objetivos en la región?
Para alcanzar una visión global a
largo plazo: que en el 2020, Galicia tenga
una
calidad de vida a
la par que mejora
su intensidad tecnológica en todos los sectores, sobre todo en
los tradicionales (donde se
habla de absorber
tecnologías facilitadoras).
Esto se logra con una
serie de programas para
impulsar el crecimiento en sectores.
Se trata de los programas orientados a las
pymes innovadoras para ser
competitivas, así como la importancia
de realizar inversión pública para atraer inversión privada,
o
incluso potenciar la transferencia de investigación (aplicada),
aunque también pretenden
atraerlos investigadores.
Una vez se establece el programa prioritario, el
Estado escribe un programa
que, teniendo en cuenta
la estrategia de especialización de cada región, solicita
un
presupuesto para ejecutar
el programa operativo.
En
el caso de los fondos
FEDER (único que tiene Galicia), el gestionado
por GAIN se centra
en la I+D, aunque os
órganos gestores son la
Xunta y el Estado, por lo
que
una coordinación de cada
agente es óptima
y evita la doble
financiación; siendo las actuaciones concretas
del I+D+i en el marco
de la financiación
FEDER, la creación de
centros mixtos para estimular la
inversión público- privada,
y aumentar la capacidad
atrayente de inversión para
Galicia, entre otros.
Por lo tanto, vemos que esta política se
centra en el aprovechamiento de ventajas
comparativas para la mejora
de
la competitividad regional,
potenciando la colaboración entre agentes en un plano multidiscipinar
y en diversos niveles.
No obstante,
esta política tiene ciertas deficiencias. Y es que el apoyo
a la innovación sólo
llega al conocido valle de la muerte,
lo que puede implicar
que un proyecto falle
antes de lanzarse al mercado y
haber desperdiciado lo recursos públicos que han puesto
a su disposición. Por lo tanto,
a pesar de ser una política bien planteada y especializada en torno a las potencialidades
de cada región, tiene ciertas
deficiencias que sería conveniente considerar.