Roberto Graña
Recientemente tuve que impartir una charla a
los alumnos de la última promoción del Master en Desarrollo Económico e
Innovación de la Universidad de Santiago (DEIN), postgrado del que fui alumno
en el curso 2009-10. En dicha charla pretendí hacer un balance de mi
trayectoria profesional de los últimos veinte años y, a su vez, intenté
convencer a los asistentes de las bondades y excelencias que la profesión de
Gestor I+D+i tiene como alternativa laboral y su potencialidad para consolidar una carrera profesional de
futuro. Las miradas escépticas y dubitativas de parte del público, muy joven
por cierto, durante mis explicaciones, me reafirmaron en el convencimiento de
que, en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, son necesarios, más
que nunca, programas formativos como DEIN que sirvan de plataforma de
lanzamiento hacia un mercado de trabajo que, por desgracia, no da muchas
oportunidades a aquellos que intentan por primera vez incorporarse a él, ni
tampoco, para muchos otros que deben de reciclarse y reinventarse para retornar
de nuevo a dicho mercado tras sufrir en sus carnes las heridas que les ha
dejado la crisis económica en forma de ilustres desempleados.
Mi convencimiento de la existencia de un
futuro laboral relacionado con la gestión de la I+D+i y la especialización profesional a través de
un programa formativo específico, como es el caso de DEIN, no proviene de un
estado místico provocado por un enfervorecido enamoramiento de mi profesión,
sino por una constatación derivada de mis años de experiencia y por como la
formación recibida, a lo largo de mi trayectoria, supuso, siempre, un salto
cualitativo que mejoró mis perspectivas profesionales. En relación con esto,
existen dos hitos fundamentales que relacionan mi vida académica y profesional
y que resumiría y explicaría lo anteriormente expuesto.
Para analizar el primero de ellos deberíamos
remontarnos a mediados de la década de los años noventa del siglo pasado,
cuando un joven titulado, recibe una beca de la recién creada Universidad
Carlos III de Madrid para la realización de un postgrado, en lo que entonces se
denominaba Gestión de la Ciencia y la Tecnología. Este proceso formativo fue
básico en mi devenir profesional ya que una vez finalizados estos estudios, al
igual que mis compañeros, recibí dos ofertas de universidades para incorporarme
como Gestor de Transferencia de Tecnología. A partir de ahí y durante casi
dieciocho años ejercí dicho puesto en cuatro centros de investigación
diferentes, tres de ellos universitarios.
El segundo de los hitos, anteriormente
mencionados, tiene relación con la realización del Master en Desarrollo
Económico e Innovación de la Universidad de Santiago de Compostela que cursé
mientras aún trabaja en dicha universidad como Técnico Superior de Gestión para
actividades de transferencia de conocimiento. Mi participación como alumno en
este postgrado me generó una visión panorámica de la I+D+i y de los actores que
participan en ella, amplió y renovó mis conocimientos, aumentó mi capital
relacional y, lo más importante, generó en mí una inquietud emprendedora, ya
latente, que me aportó la capacidad de detectar las posibilidades de negocio
que mi actividad profesional podría generar desde la iniciativa privada.
Aunque, inicialmente, no entraba en mis
planes ser emprendedor, la finalización de mi anterior contrato de trabajo y la
formación adquirida en DEIN me abrieron
las puertas a desarrollar, junto a otros socios, un proyecto propio de
consultoría llamado BluBusiness (www.blubusiness.es) cuyo objetivo es favorecer los
procesos de desarrollo de negocio relacionados con la actividad innovadora de
centros de investigación y empresas. Hoy en día, con tan sólo un año y medio en
el mercado, hemos consolidado una cartera de clientes diversificada en
diferentes Comunidades Autónomas, con un crecimiento constante y sostenible,
habiéndonos marcado como meta lograr que en los próximos años podamos llegar a
ser un referente en la valorización y puesta en el mercado de la innovación. Pero, como esto del emprendimiento, una vez
que ha entrado en tu vida genera adicción, en breve participaré en un nuevo
proyecto empresarial de consultoría más orientado a la formación y capacitación
de profesionales de la I+D+i y que nacerá con el ambicioso reto de ser líderes
en el mercado español y latinoamericano.
De todo lo anterior por mi experimentado, me
gustaría extraer, lo que a mi entender, son los aspectos claves para garantizar
el desarrollo de una carrera profesional. Por una parte; una formación
especializada que favorezca la inserción en el mercado de trabajo y una
especialización adecuada a la demanda existente y, por otro lado, soy consciente
y así me tocó vivirlo, que las segundas oportunidades suelen ser las mejores.
Como dijo, en su momento, García Marquez: “La vida no es sino una continua
sucesión de oportunidades para sobrevivir”. Por tanto, gracias vida….