lunes, 27 de enero de 2020

Crowdfunding universitario ¿qué puede ofrecer en términos de innovación?

Lograr la transición entre una idea surgida a partir de una investigación académica y un proyecto empresarial no es tarea sencilla. Conseguir financiar este proyecto, mucho menos. Quizás el crowdfunding universitario tenga mucho para ofrecer en este sentido.


Fernando Danza Cingolani 

Alumno Master DEIN 2019-2020

Dentro del proceso de creación de una empresa la transición entre la idea y el proyecto suele ser una dificultad. Esto se vincula, en muchos casos, a la falta de formación empresarial de aquellos que intentan, por ejemplo, dar el salto desde la investigación en los centros universitarios hacia un rol emprendedor. Una de las principales dificultades que estas personas encuentran se deriva del desconocimiento de los elementos legales involucrados y, fundamen-talmente, de la complejidad y lejanía de las fuentes de financiación. En este sentido, el crowdfunding no solo ha simplificado las cosas, sino que, además, ha reducido la brecha entre quienes cuentan con un proyecto y quienes, aun perteneciendo a un mundo alejado de los business angels o del venture capital, disponen de algo de interés, tiempo y dinero para financiar ideas.
Ahora, ¿qué es el crowdfunding? Se trata de un mecanismo de financiación colectiva de un proyecto que, por lo general, está organizado a través de plataformas online y funciona a partir de donaciones o aportaciones de dinero a cambio de recompensas o participaciones en el capital del proyecto que se quiere poner en marcha. Junto a las fuentes “tradicionales” de financiación mediante ayudas públicas o créditos bancarios, a las cuales no siempre es sencillo acceder, otra de las fuentes más utilizadas es la ayuda de familiares y amigos, una fórmula que no siempre es recomendable por diversos motivos.
El crowdfunding ha simplificado el proceso de conseguir financiamiento al inicio de un proyecto ya que no implica los enredos administrativos que supone solicitar recursos a un banco o al sector público. Además, supone un vínculo de mayor profesionalismo y seriedad con quien invierte, ya que aquí no se comprometen relaciones personales con familiares y amigos.
Dentro de las experiencias de crowdfunding, podemos destacar el vínculo creciente con las universidades. Diversas instituciones han creado sus propias plataformas de crowdfunding para impulsar proyectos que, en muchos casos, surgen de la interacción entre estudiantes y profesores. Universidades de Estados Unidos (Boston University, Cornell University) y el Reino Unido (University of Manchester, University of Surrey y Plymouth University vía Crowdfunder) han construido sus propias plataformas de financiación colectiva. En algunos casos, lo han llevado a cabo a partir de una virtuosa triangulación entre diferentes niveles de la administración pública y startups. 
Esta organización del proceso de financiación desde la universidad impacta positivamente sobre otra de las debilidades que encontramos en la transición de la idea al proyecto.  Por ejemplo, gran cantidad de investigaciones universitarias que cuentan con potencial de mercado y nunca llegan al mismo por las dificultades del proceso de transferencia a través de una spin-off universitaria. En este ámbito, una de las carencias viene de la debilidad de los vínculos entre las escuelas y departamentos de ciencias económicas y los centros de investigación que desarrollan ciencia y tecnología dentro de cualquier institución universitaria. ¿Cuál es el problema de esto? Los investigadores no siempre tienen las herramientas para dar el salto emprendedor y elaborar un plan de empresa exitoso.
Las plataformas de crowdfunding dentro de las universidades no solo han multiplicado la difusión de los proyectos en el interior de la propia comunidad universitaria, sino que, además, ha fortalecido el círculo virtuoso de la innovación al incrementar los contactos entre los que investigan, los que desarrollan, los que emprenden y los proveedores de financiación.
Sin embargo, resulta obvio que aún queda mucho trabajo por hacer para fortalecer la interacción entre innovación, financiación y universidad: al navegar por las plataformas y observar el tipo de proyectos que se publican, proliferan los proyectos de “student fundraising”, que tienen algún tipo de impacto simbólico o emotivo para la comunidad universitaria (por ejemplo, colaborar con el combinado de danzas de la universidad para que pueda participar de las competencias nacionales,) frente a los proyectos del tipo “university research and development”.
Por otro lado, se observa que aquellas universidades que han trabajado con start ups han logrado salir de la escala estrictamente universitaria y logrado difundir proyectos de mayor tamaño y complejidad. De todas formas, también es posible encontrar proyectos interesantes y bien enfocados en las plataformas que sostienen su funcionamiento dentro de la propia comunidad universitaria (el caso de la University of Manchester o Cornell University). Allí se encuentran gran cantidad de proyectos, fundamentalmente desarrollos de ingeniería, que están siendo impulsados por jóvenes estudiantes - los actores con mayor dificultad para acceder a las fuentes de financiamiento-. Entre ellos contamos proyectos como AguaClara -grupo de jóvenes estudiantes de ingeniería que trabajan sobre sustentabilidad y tratamiento del agua- o a los Ingenieros sin fronteras de Cornell, quienes trabajan sobre sistemas de irrigación de agua en zonas que no tienen fácil acceso al recurso. Este tipo de proyectos son importantes para las universidades en diversos sentidos: involucran a sus estudiantes con la investigación y el desarrollo, así como con el diseño de una estrategia empresarial, el mundo emprendedor, la innovación y, en muchos casos, la sustentabilidad. Por otro lado, potencia el intercambio entre estudiantes de diferentes disciplinas, así como entre estos y los docentes e investigadores. Este círculo pierde potencia sin el crowdfunding universitario.
Para las instituciones de educación superior, comprender esto y desarrollar elementos que destaquen los proyectos vinculados a desarrollo tecnológico e innovación, no implica más que oportunidades. Las ideas innovadoras están allí, las plataformas de crowdfunding ya están en funcionamiento, solo resta impulsar una serie de prioridades estratégicas respecto a la divulgación de proyectos con mayor impacto para las instituciones universitarias y el desarrollo. 
Referencias


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