sábado, 3 de diciembre de 2016

Innovación y crecimiento en la industria del videojuego



No son pocas las noticias que periódicamente aparecen en los medios de comunicación en relación a la expansión de la industria del videojuego: en 2014 superó los 81.000 millones de dólares (una cifra que se preveía alcanzar dos años después), en 2015 superó los 90.000 millones y se espera que en 2018 la industria supere los 113.000 millones en términos de facturación anual (Asociación Española de Videojuegos, AEVI).
En términos de innovación, la variedad de tecnologías empleadas en el sector del videojuego, así como el amplio y continuo desarrollo de conocimientos e innovaciones, generará una importante interrelación de este sector con otros más tradicionales como la sanidad, la formación, las ingenierías, la arquitectura e incluso la defensa; todo ello gracias al extenso uso y experiencia en el desarrollo de simulaciones, de sistemas de inteligencia artificial y de tecnología 3D principalmente.
En lo que respecta al empleo, si bien la mayoría de las entidades son microempresas (71%), las empresas de mayor tamaño (5% con más de 50 empleados) son las que emplean a la mayoría de profesionales del sector (48%), mientras que las empresas de menos de 10 empleados tan solo emplean al 20% del total.

Fuente: Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento (DEV)

Y es que el desarrollo de un gran videojuego puede llevar más de 4 años desde su fase de ideación, pasando por la planificación hasta las últimas fases de prueba posteriores a su lanzamiento, pudiendo estar involucradas, en términos de empleo directo, más de 700 personas. Aunque algunas de las grandes compañías del sector, que pueden desarrollar al mismo tiempo varios videojuegos de tamaño considerable (como son Ubisoft, Activision Blizzard o Electronic Arts) tienen en plantilla entre 7.000 y 9.000 personas, muchas otras empresas desarrollan videojuegos de gran calidad y exitosos contando con unos 300 empleados, como es el caso de Bethesda Studios o CD Projekt. La principal diferencia entre unas y otras es que estas últimas no pueden desarrollar más de uno o dos videojuegos importantes al mismo tiempo ni tampoco cuentan con un colchón financiero que les permita tener demasiados problemas en el tiempo previsto para la elaboración y lanzamiento de un título.
A estas alturas podemos estar preguntándonos cuánto dinero cuesta desarrollar grandes videojuegos, los que en la terminología del sector se denominan triple A. Cuestiones de marketing aparte, que suelen suponer para videojuegos AAA el 70%-80% del coste final (echad cuentas), el desarrollo de famosos juegos como God of War 3, Heavy Rain o The Witcher 3 han costado entre 60 y 80 millones de dólares, si bien el record lo ostentan títulos como Destiny y GTA V, con unos 140 millones de dólares invertidos. Por poner un ejemplo del coste publicitario, el mencionado juego online Destiny destinó 360 millones de dólares solo para su promoción. Muchos os preguntareis en qué medida es rentable el negocio: siguiendo con el mismo ejemplo, Destiny ingresó 500 millones de dólares tan solo en su primer día en el mercado. Activision, la desarrolladora del mismo, ha dado a conocer en 2015 que el mencionado juego, junto con Hearthstone (por alguna razón no han dado a conocer el dato por separado para cada juego), generaron más de 1.000 millones de dólares para la compañía.
Ahora bien, este volumen de ingresos no es el objetivo -ni entra dentro de lo posible- para muchas empresas del sector, pero algunas desarrolladoras muy exitosas hoy en día comenzaron siendo lo que hoy podríamos definir como una pequeña empresa de base tecnológica (EBT), como es el caso de la polaca CD Projekt. Veamos su caso.
Fue fundada por dos socios como empresa en 1994, cuando Polonia apenas acabada de adoptar una economía basada en el mercado, con un capital inicial de unos $2.000 y empleando como lugar de trabajo el piso de un amigo. Sus primeras actividades estuvieron asociadas con grandes compañías (de forma destacable con BioWare) haciendo tareas tales como la traducción de los juegos para su venta en el mercado nacional.
¿Cómo se hicieron conocidos en los inicios? Contratando actores famosos para doblar las voces. Tras un tiempo trabajando como “intermediarios” entre desarrolladoras y el mercado polaco decidieron producir un videojuego original basado en las novelas de fantasía de Andrzej Sapkowki’s (muy populares en Polonia). Para su desarrollo fundaron en 2002 un estudio de videojuegos, CD Projekt RED y tras un fracaso inicial consiguieron el apoyo de su primer cliente, BioWare, pasando de un equipo de desarrollo de 15 personas a más de 100 y finalmente, en 2007, fue lanzado al mercado global The Witcher, juego para pc. Debido a su éxito pronto comenzaron a desarrollarse secuelas y otras versiones, una de ellas, una adaptación del primer juego a consolas, casi llevó a la compañía a bancarrota en el año 2007. Para mantener la compañía a flote dejaron de lado algunos proyectos centrándose en el desarrollo de las secuelas The Witcher 2: Assassins of Kings y The Witcher 3: Wild Hunt, el primero fue lanzado en 2011 (tras tres años y medio de desarrollo), vendiendo 1,7 millones de copias, mientras que para el segundo el equipo quería desarrollar un juego mayor, de mundo abierto (que permite al jugador mover el personaje por el espacio del juego o mapa libremente) y con gráficos renovados y rompedores. Tras tres años y medio de desarrollo y una inversión de 81 millones de dólares lanzaron, para pc y consolas, The Witcher 3 en mayo de 2015, dándole a la compañía un beneficio de casi 63 millones de dólares solo en la primera mitad de ese año.
Pasando de una plantilla de 15 personas en los inicios del desarrollo de su primer juego original a 300 personas para el exitoso The Witcher 3, noticias recientes informan que la compañía pretende contratar a aproximadamente 400 personas más para su próximo proyecto, que esperan verá la luz en el periodo 2017-2021 (si alguien tiene curiosidad aquí dejo un video promocional). CD Projekt ilustra muy bien un caso de éxito de una EBT: inicios humildes, trabajando bajo el paraguas de otras grandes empresas, dificultades financieras en determinados momentos, la toma de decisiones difíciles y arriesgadas y, finalmente, recompensas en forma de éxito económico y ante la crítica del trabajo que llevan a cabo.
Hugo Campos Romero
Estudiante del Máster en Desarrollo Económico e Innovación 2016-17

No hay comentarios:

Publicar un comentario