martes, 3 de enero de 2017

Tecnología en el deporte: cuando el esfuerzo no es suficiente


“La excelencia es el resultado gradual de luchar siempre por ser el mejor”. Pat Riley
La práctica de actividades deportivas ha cambiado drásticamente desde las últimas décadas debido, principalmente, a la importancia del deporte como herramienta saludable para la vida humana. Sin duda alguna mostramos una mayor preocupación por la condición física personal, lo que nos ha llevado a imitar a aquellos deportistas de referencia y que consiguen proclamarse como los mejores del mundo en su especialidad.

Todos, o la gran mayoría, somos conscientes que no correremos tan rápido como Usaint Bolt, ni nadaremos como Mireia Belmonte, ni tampoco golpearemos tan fuerte una pelota de tenis como Rafa Nadal, pero eso tampoco es una preocupación si, por lo menos, podemos intentarlo o adaptarlo a nuestras capacidades.

Sí, lejos ha quedado salir a correr, o en general hacer deporte, con una “indumentaria doméstica”-de camiseta y pantalón corto- que pueda reflejar una reducida preocupación por conseguir nuevos y pretenciosos objetivos deportivos. En nuestros días, practicar deporte conlleva una visita previa, y obligatoria, al mercado tecnológico con el objetivo de aprovechar al máximo nuestro potencial rendimiento. Si de forma más detallada nos fijamos en la equipación media que pueda llevar un deportista primerizo o amateur, nos daremos cuenta de que lleva más tecnología que cualquier ordenador portátil.

Empezando de arriba a abajo, podemos identificar la gorra y la camiseta que nos cubra de la radicación solar pero que al mismo tiempo presente tejidos específicos para que sea ligera y transpirable. A su vez resulta indispensable llevar un dispositivo que nos cuente los pasos, calorías, pulsaciones, cambios de ritmo, distancia e inclinación recorrida, cálculos de rutas y que reproduzca la canción del momento. También es importante diferenciar que tipo de deporte se practica y por lo tanto la necesidad de material deportivo específico.

Aquí es donde somos conscientes de la introducción del GPS y de fibras textiles complejas como elementos básicos para la realización de deporte y que, a su vez, nos permiten mejorar y monitorizar nuestra actividad deportiva.

El impacto económico de la industria textil y la equipación deportiva, en concreto en el running, asciende a 300 millones de euros en España, todo esto sin contar la organización de grandes carreras y el apoyo de las marcas patrocinadoras.

Pero esto solo es un pequeño ejemplo de la evolución tecnológica desarrollada en el campo deportivo si lo comparamos con las innovaciones más potentes del propio mercado. Con esto hago referencia a la aplicación de nanotecnología en deportes como el tenis, golf o natación, y también a la existencia de máquinas que ayudan a mejorar la recuperación y el rendimiento muscular, como es el caso de la cámara hiperbárica, la maquina antigravedad (ALTER G), o la cámara de hipoxia.

La nanotecnología, y en particular las nanopartículas de carbono, posibilitaron la fabricación de material deportivo más resistente y de menor peso. Un claro ejemplo son las raquetas de tenis, o los palos de golf, que permiten al deportista mejorar tanto la técnica como las prestaciones de los golpeos. En la natación también se llevaron a cabo notable innovaciones como es el del bañador LZR Racer, cuya fabricación fue promovida por la NASA, y que en términos generales ofrecía una menor resistencia al agua y una mejora de los tiempos de competición cifrada en un 2%.

Por otra parte, las mejoras tecnológicas también se centraron en incrementar las capacidades físicas de los atletas, tal y como lo hace la máquina de hipoxia, la cual permite simular escenarios de gran altitud, lo que se traduce en una mayor capacidad pulmonar y optimización del rendimiento. De forma similar también cabe resaltar la máquina hiperbárica, que permite al deportista recrear un ambiente con un elevado nivel de oxígeno y que contribuye a la recuperación física del deportista. La máquina antigravedad es otra de las herramientas utilizadas por los deportistas de alto rendimiento, debido a sus efectos positivos en la recuperación de lesiones y en la posibilidad de mantener la forma física, aun cuando se presentan signos de lesión. El mecanismo de esta máquina consiste en reducir el peso del atleta y, por lo tanto, hacer más ligera la actividad física, lo que finalmente conlleva en una menor carga sobre la zona afectada.

Tal y como podemos apreciar, la tecnología ha avanzado acorde a las necesidades del deporte, haciendo de este una actividad dependiente de las propias innovaciones más intensivas en tecnología. Aunque se pueda pensar que estas prestaciones solo se encuentran al alcance de grandes corporaciones deportivas, cabe apuntar que la adaptación para uso personal y comercial es cada vez mayor, lo que se refleja en los precios y en general en la accesibilidad del producto/servicio.

Con todo esto cabe plantearse la gran dependencia tecnológica en aquellas franjas no competitivas, y en las que se pone de manifiesto la necesidad de adquirir tecnología deportiva para poder disfrutar completamente del deporte. Sin duda alguna, esta situación no ocurría hace unos cuantos años en el que un camiseta vieja y un simple pantalón corto era lo que se necesitaba para hacer lo que siempre se ha conocido como deporte.
 
Miguel Capeáns Pardo
Alumno del master DEIN 2016-2017
 

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